Se trata de una escena religiosa: al nacer Moisés, el faraón ordenó que todo hijo varón de un esclavo hebreo fuera arrojado al Nilo.
Su madre, Iojebed, al dar a luz, lo escondió durante los tres primeros meses, pero cuando no pudo ocultarlo más lo colocó en una cesta y lo puso a la deriva en el río Nilo, con tan buena suerte que fue encontrado por la hija del faraón, Batía, quién le llamó Moisés («salvado de las aguas»).
La composición de este cuadro fue repetida por el artista en otras obras, como Descanso en la Huida a Egipto (Colección Cavendish, Hollzer Hall) y Paisaje con Agar y el Ángel (National Gallery, Londres).
Este cuadro formaba pareja (pendant) con Paisaje con el entierro de Santa Serapia, también en el Prado: mientras Moisés representa el nacimiento, Santa Serapia significa la muerte, simbolizando el paso del tiempo.
Esta obra figura en el Liber Veritatis (cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras, para evitar las falsificaciones) con el número 47, donde consta la inscripción quadro per il Re di Spagna.