El que una vez fue el pan más consumido en Francia, cayó en el olvido siendo reemplazado por la baguette.
[3] El término abarca panes rústicos, de corteza amarga especialmente aquellos que cumplían con el sabor y las características del pan de antaño.
[4] Durante siglos, las aldeas francesas tenían hornos comunales donde la gente del pueblo traía su masa para hornear, y los panes pesaban de cuatro a doce libras (1,5 a 5,5 kg).
Panes tan grandes alimentarían a una familia durante días o semanas, hasta el próximo día de horneado.
Antiguamente (y aun es posible encontrarlo en ciertas panaderías) se usaba el sistema de levain, un prefermento sin levadura biológica.