Al ocurrir la revolución de 1880 era practicante mayor, y prestó servicios en los combates de Los Corrales y Puente Olivera.
Sin dejarse doblegar por el infortunio, y gracias a subsidios oficiales, viajó a Estados Unidos y Europa, para hacerse implantes ortopédicos.
[1] En la Sanidad Militar, fundó el Servicio de Dermatología, y reorganizó todos los cuadros al ser nombrado inspector general de Sanidad en 1910.
En 1907 integró el elenco fundador de la Sociedad Dermatológica Argentina, a la que también presidió desde 1917 hasta 1921,[2] y donde presentó muchas comunicaciones científicas.
También realizó la descripción de la reacción paradojal del arsénico.