Pablo Ibar

Se sucedieron los golpes, los disparos, el robo del dinero que Casimir Sucharski escondía en sus botas de cowboy, etc.

Los encargados del caso en la comisaría extrajeron un fotograma del vídeo y lo mandaron al departamento de vídeo para tratar de mejorar la calidad de la imagen, tras lo cual obtuvieron una imagen con más contraste entre las zonas más oscuras y las zonas más claras; sin embargo los rasgos del perpetrador aparecían alterados tras este retoque fotográfico.

[14]​ Este fotograma fue difundido a muchas otras comisarías del estado de Florida.

Tres semanas más tarde, en una comisaría de otro distrito, los detectives Paul Manzella y Craig Scarlett recibieron esta imagen por fax, tras lo cual creyeron reconocer en ese rostro el de Pablo Ibar, que en aquel momento estaba detenido tras acompañar a unos amigos que habían entrado a una casa para robar o comprar cocaína; Pablo Ibar los esperó en el coche y no entró en dicha casa, pero a pesar de ello fue detenido.

Tras varios interrogatorios el detective Paul Manzella al final del día le puso sobre la mesa la imagen captada por la cámara de Casimir Sucharski, tras lo cual Paul Manzella miró a los ojos a Pablo Ibar y le dijo: “Te tengo”.

Lo detuvieron al cabo de unos días y lo incluyeron en el caso, aunque finalmente y tras dos juicios sería declarado no culpable en 2012 tras llegar el jurado a la conclusión de que no había suficientes pruebas para "demostrar su culpabilidad".

El juez por tanto declaró nulo el juicio al no haber pruebas dactilares ni de ADN ni unanimidad del jurado, pero sin embargo no se le concedió la libertad a Pablo Ibar.

[17]​ En el juicio declara por primera vez Gary Foy, que junto al fotograma del vídeo son las únicas y débiles pruebas en las que se ha basado la acusación durante todo el proceso para defender la culpabilidad de Pablo Ibar.

Gary Foy es un vecino del asesinado Casimir Sucharski y supuesto testigo visual que declaró haber visto la madrugada del crimen a Pablo Ibar en el coche de Casimir Sucharski junto a un acompañante.

Pablo Ibar presentó una moción de cese del abogado, que sin embargo fue denegada por el tribunal.

No obstante el juicio de Seth Peñalver siguió adelante y fue condenado a muerte.

Una apelación según la cual a Pablo Ibar le fue negado el derecho a un juicio justo basándose principalmente en que el tribunal que lo condenó tomó una serie de decisiones equívocas basadas en pruebas circunstanciales y de poco fundamento.

[24]​ Pablo Ibar comienza a trabajar con su nuevo abogado, Benjamin Waxman, y deciden volver al tribunal original que condenó a muerte a Pablo Ibar para plantear una moción según la norma 3.851 del Estado de Florida, en la cual explican lo inadecuada que fue la defensa por parte de Kayo Morgan, abogado de oficio con que contaba en aquel momento Pablo Ibar.

Su nombre es William Ortiz, y según Juan Gispert, él le confesó los asesinatos.

[28]​ Compareció nuevamente Gary Foy, el presunto testigo que durante su declaración incurrió en severas contradicciones, admitiendo además no recordar bien lo ocurrido en muchas de las preguntas que le realizó el abogado Benjamin Waxman.

Gary Foy también reconoció que en el reconocimiento fotográfico final señaló a Pablo Ibar y a otra persona más con prisa y sin prestar demasiada atención porque su mujer le había dicho que no se inmiscuyera en este asunto.

En el contrainterrogatorio declaró que había prestado falso testimonio tanto sobre Pablo Ibar como sobre Seth Peñalver en los distintos juicios, pero aún hubo una sorpresa más, ya que ante las preguntas del abogado Joe Nascimento, de la defensa de Pablo Ibar, Gene Klemetzko declaró, por primera vez en 24 años, que le habían pagado 1000 dólares por testificar en contra de Pablo Ibar, declarando que quien había aprobado dicho pago era el detective del caso Paul Manzella.

El detective encargado del caso desde 1994, Paul Manzella, declaró nuevamente en este tercer juicio, donde reconoció que no siguió otras posibles líneas de investigación, como por ejemplo la de Johnny McGill, un hombre que tras el crimen acudió a comisaría, donde declaró que su jefe le había pedido quemar el Mercedes Benz de Casimir Sucharski.

Igualmente, Paul Manzella declaró no haber seguido tampoco una pista que apuntaba a la participación en los crímenes de la familia criminal Gambino.

[35]​ Cabe mencionar que, ya emitido el veredicto, uno de los miembros del jurado se retractó del veredicto de culpabilidad que había emitido, denunciando presiones durante el juicio.

Sin embargo, el juez del caso, Dennis Bailey, simplemente decidió expulsarle y reemplazarle por un suplente, no permitiéndole participar en la deliberación sobre la condena que se le impondría a Pablo Ibar.