Los países de la semiperiferia tienen características organizativas tanto de los países centrales como de los países de la periferia y, a menudo, están ubicados geográficamente entre las regiones centrales y periféricas, así como entre dos o más regiones centrales competidoras.[1] Las regiones de la semiperiferia desempeñan un papel importante en la mediación de actividades económicas, políticas y sociales que vinculan las áreas centrales y periféricas.[1] Estas regiones permiten la posibilidad de innovación tecnológica, reformas en la estructura social y organizacional, y el dominio sobre las naciones periféricas.[2] La semiperiferia desempeña un papel vital comparativo con el papel que desempeñaron España y Portugal en los siglos XVII y XVIII como grupos comerciales intermedios dentro del entramado económico europeo.[2] Hoy, la semiperiferia está generalmente industrializada.