Los misiles podían ser utilizados en salvas en rápida sucesión, se mantiene el control de cada misil a través de un enlace de datos por separado desde la base de comando en la nave que los transporta, luego en pleno vuelo el grupo de misiles podrían coordinar sus acciones en forma independiente, utilizando su radar activo para buscar objetivos, la transmisión de estos datos se efectúa a otros misiles en pleno vuelo, los misiles son programados para que la mitad de una salva acometa a un blanco asignado como distracción, el resto de misiles se divide entre otras naves asignados ahora como blancos de oportunidad, si algún misil fuese derribado por los sistemas de defensa enemigos, otro misil de la andanada se ocupará automáticamente para ocupar su lugar, los misiles cambian a radar activo durante la fase terminal del ataque.
El misil sería lanzado en forma vertical desde la cubierta del portaaviones con unas compuertas que se abren como una escotilla de lanzamiento de misiles desde submarinos, las compuertas cerradas permiten el despegue de los aviones transportados en el portaaviones y las maniobras de las aeronaves sobre la cubierta de vuelo, en un diseño único en su tipo que le permite a un portaaviones convertirse en un arma con capacidad para atacar a otros barcos de guerra, los nuevos submarinos de Rusia también podrán transportarlos en los silos de lanzamiento vertical de misiles para atacar a escuadras navales completas.
Los misiles pueden ser lanzados juntos al mismo tiempo y cada misil puede seleccionar los blancos enemigos asignados en forma independiente en pleno vuelo a una velocidad supersónica y volando a pocos metros de altura, tiene medidas de protección y puede lanzar bengalas de distracción para los sistemas defensivos de los barcos de guerra enemigos.
El despliegue inicial fue a bordo del Kírov (ahora el Admiral Ushakov) en 1980.
Sin embargo, el tamaño del misil limita las plataformas en el que puede funcionar y ser lanzado desde ellas.