El pánico creó una escasez de crédito que condujo a un declive económico significativo en los Estados Unidos, convirtiendo la recesión en una depresión persistente.
[6] Además, la quiebra de los bancos en 1873 socavó la confianza que la gente tenía en el sistema bancario estadounidense.
[10] El desfalco fue noticia en todo el país y su protagonista huyó a Canadá después de que el banco se quedara sin dinero.
[11] Por suerte, el padre del inversor huido, Amos Eno, reemplazó el dinero que su hijo había robado.
[12] El rumor comenzó a extenderse por todas las entidades bancarias de Nueva Jersey y Pensilvania, pero fue contenido rápidamente.
[12] En efecto, la Cámara de Compensación anunció que Metropolitan National Bank era solvente y le prestó $3 millones de dólares para que pudiera soportar la situación y no quebrara.