Ozono

Varios estudios apuntan a que fueron los químicos Charles Fabry y Henri Buisson quienes descubrieron en 1913 la capa de ozono.

En 1785, el químico neerlandés Martinus van Marum notó un olor extraño mientras estaba llevando a cabo experimentos con chispas eléctricas por encima del agua, que atribuyó a las reacciones eléctricas, sin darse cuenta de que en realidad había creado ozono.

En 1839, logró aislar el compuesto gaseoso y lo llamó «ozono», de la palabra griega ozein (ὄζειν), 'tener olor'.

[3]​[7]​ Durante gran parte de la segunda mitad del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, el ozono se consideraba un componente saludable del medio ambiente por los naturalistas y asilos de salud.

[10]​ Incluso Benjamin Franklin pensaba que la presencia del cólera estaba relacionada con la deficiencia o falta de ozono en la atmósfera, una opinión compartida por la Asociación Británica de Ciencia (British Science Association, entonces conocida simplemente como British Association).

[11]​ Existen diversos métodos para generar ozono de forma artificial, cada uno con sus propias características y aplicaciones.

A este nivel es necesario distinguir entre el ozono presente en la estratosfera y el de la troposfera.

El ozono es la versión más oxidante del oxígeno, que tan solo con pequeñas dosis consigue purificar el aire.

En lo cual M representa cualquier gas que transfiere energía del ozono para estabilizarlo.

Así, el ozono actúa como un filtro que no deja pasar dicha radiación perjudicial hasta la superficie de la Tierra.

Esto fue descubierto por los científicos Mario Molina (México), Frank Sherwood Rowland (Estados Unidos) y el neerlandés Paul J. Crutzen, obteniendo por ello el Premio Nobel de Química en 1995.

El mecanismo mediante el cual se genera el ozono en la troposfera es completamente distinto, ya que a esta altura no llegan las radiaciones ultravioletas.

Aunque no es probable que el ozono  de forma natural aparezca en concentraciones peligrosas para el hombre, es un compuesto extremadamente reactivo.

La disminución en la función respiratoria no parece ser más pronunciada en fumadores o personas con desórdenes pulmonares preexistentes.

A concentraciones más altas de las permitidas, puede aparecer función renal reducida, fatiga extrema, mareo, inhabilidad para dormir o cianosis.

El ozono es un potente oxidante que reacciona con proteínas y lípidos, particularmente con membranas biológicas.

Una pequeña cantidad se absorbe en la sangre; su reactividad extrema limita su habilidad de acumularse.

Es posible que haya efectos secundarios caracterizados por un defecto en la disociación del oxígeno de la oxihemoglobina.

Por otra parte, no se observó sinergia entre el ozono y el ácido sulfúrico o dióxido de nitrógeno.

Christian Friedrich Schönbein (1799–1868)
Un prototipo de ozonómetro construido por John Smyth en 1865
El agujero de la capa de ozono el 22 de septiembre de 2004.
Un letrero de la calidad del aire , señalando un aviso de ozono alto, Gulfton , Houston , Texas .