Los purificadores de aire para uso residencial se comercializan alegando poder ser beneficioso contra alergénicos, personas con asma, dermatitis atópica, sensibilidad química múltiple, encefalopatía miálgica, problemas cardiovasculares, etc.
El polvo, polen, caspa de mascotas, esporas de moho, los ácaros del polvo y las heces pueden actuar como alergenos, provocando alergias o problemas más graves y serios en personas sensibles.
Las partículas de humo y los compuestos orgánicos volátiles (COV) pueden suponer un riesgo para la salud.
[1] Los purificadores se utilizan para reducir la concentración de estos contaminantes que se encuentran en el ambiente y son muy útiles e incluso imprescindibles para las personas que sufren de sensibilidad química múltiple, alergias y asma; estudios tecnológicos y científicos están descubriendo que la mala calidad del aire es un factor contribuyente a algunas formas de cáncer, enfermedades respiratorias, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otras infecciones pulmonares.
Varios procesos diferentes de variable eficacia pueden utilizarse para purificar el aire.
Estos iones negativos una vez liberados se adhieren a las partículas más pequeñas y por tanto más dañinas, que hay en el ambiente: virus, moho, contaminación, polen, etc.
Algunos estudios comprobados admiten que algunas de estas tecnologías generan ozono y que pueden dañar la salud de las personas, no importando si son iones positivos o negativos, tal y como lo explica la EPA (Enviromental Protection Agency) en su libro del cual colocamos una liga en la bibliografía.
El carbón activado es un material poroso que puede absorber sustancias químicas volátiles sobre una base molecular, pero no elimina partículas más grandes.
El carbono activado puede utilizarse a temperatura ambiente y tiene una larga historia de uso comercial.
Normalmente se utiliza junto con otra tecnología de filtro, especialmente con HEPA.
Otros materiales también pueden absorber los productos químicos, pero al coste más elevado.
La sustitución frecuente del filtro y el consumo eléctrico son los principales gastos de operaciones para cualquier purificador.