En la primavera de 1944, Kamio (Kenichi Matsuyama) y otros cadetes -casi todos ellos adolescentes- se asignan al Yamato y están sometidos a un duro entrenamiento por parte de los suboficiales Mamoru Uchida (Shido Nakamura), Shohachi Moriwaki (Takeshi Sorimachi) y Masao Karaki (Jundai Yamada), que han servido en el barco, pues este entró en servicio en 1941.
Mientras tanto, el vicealmirante Ryunosuke Kusaka (Ryuzo Hayashi) manda escritos al que está a cargo del Yamato, el vicealmirante Seiichi Itō (Tetsuya Watari) sobre la Operación Ten-Gō -el plan de atacar la flota de invasión aliada en Okinawa-; es una misión suicida, pues el Yamato y sus 9 escoltas son vulnerables a un ataque aéreo debido a que no tienen cobertura aérea y además llevan poco combustible, por lo que es poco probable incluso que llegue a Okinawa.
El Yamato abre fuego con sus más de 150 cañones antiaéreos Tipo 96 y con la batería principal, pero los aviones estadounidenses superan abrumadoramente a las defensas del Yamato y este sufrió varios impactos de bombas y torpedos; los aviones estadounidenses matan a muchas personas, entre ellas a Karaki.
Entonces Kamio expresa su dolor a la señora, diciéndole que, aunque el arriesgó su vida en la batalla, al final no pudo salvar a nadie que el amara.
Su prima Taeko murió poco después por contaminación radiactiva, causada por el ataque nuclear sobre Hiroshima; sin embargo, ella pudo ver a Kamio antes de morir y le dijo que quería construir un barco y ponerle el nombre de Asukamaru que significa fragancia del mañana.
Al día siguiente, llegan a las coordenadas del hundimiento del Yamato y hacen una pequeña ceremonia: Makiko y Kamio esparcen las cenizas de Uchida en el mar y Kamio le da a Makiko una katana que Uchida le pidió mantuviera durante la batalla.