[1] Jasper F. Cropsey fue celebrado en su época, tanto por el público como por la crítica, como el mejor pintor de los otoños en Estados Unidos.
[2] Este cuadro fue realizado durante la segunda estancia de Jasper F. Cropsey en la Gran Bretaña, entre los años 1856 y 1863.
En primer plano hay un lugar soleado por donde corre un pequeño arroyo, con árboles a cada lado.
Aquí, el hombre no es un conquistador, ni tampoco un siervo de la naturaleza: los dos coexisten armoniosamente.
De hecho, el paisaje se representa como un escenario propenso a una mayor expansión agrícola.