Después de su separación, contrajo matrimonio con Josefina Gómez Domínguez, con quien vivió hasta su muerte.[3] Llegó a México en 1953, becado por el gobierno receptor para perfeccionar su técnica pictórica mural.[4] Señalaba que le tocó la mejor etapa creativa de Diego Rivera, por su dominio técnico, colorido y vitalidad.[1] En 1996 estuvo presente en la exposición Presencia de Chile en México en el Centro Cultural Isidro Fabela.La muerte evitó que pudiera presenciar la dedicatoria a su persona en el mural, como consecuencia de un infarto masivo.Las características del muro le permitieron a Barra Cunningham separar la obra en tres etapas: economía regional, política y desarrollo cultural.Las críticas hacia ese mural llegaron por parte de periodistas locales y grupos del sinarquismo quienes pretendían borrarlo.El pintor señalaba que detrás de las manifestaciones estaba un obispo apellidado Limón.Ante la presión, el gobernador llevó fotografías del mural a la Ciudad de México para que las revisara el presidente Adolfo López Mateos, quien señaló que los murales debían permanecer.