Osvaldo Ardizzone

[1]​ Durante su juventud frecuentó la noche de la Calle Corrientes, en la época dorada del tango porteño, y llegaría a conocer a Aníbal Troilo, a Enrique Santos Discépolo, y a figuras futbolísticas como Adolfo Pedernera o el Charro Moreno, cuyo juego admiraba.

En 1950, al poco tiempo de mudarse a Banfield, en el Gran Buenos Aires, fallece su madre, y Ardizzone comienza a colaborar en la revista "El Gráfico", dirigida por Dante Panzeri, medio en el que trabajó hasta 1977.

Polifacético, también incursionó en el género café-concert en 1976, llevando a cabo el espectáculo "Chau, Ventarrón", donde interpretaba poemas, monólogos y canciones propias, al igual que en "El hombre común" y "A solas con uno mismo" donde fue acompañado en voz y guitarra por Gustavo Surt, quien musicalizó varios de sus poemas.

Además, en el programa de radio "La vida y el canto", conducido por Antonio Carrizo en Radio Rivadavia, donde realizaba la sección "Cartas de Osvaldo Ardizzone", reseñando la trayectoria de distintas personalidades del quehacer argentino.

Don Osvaldo Ardizzone escribió varias aguafuertes y libros sobre tango.