Orzoco I de Lacon-Zori

Como sus predecesores, también Orzoco I se esforzó por la religión cristiana tan difundida y arraigada en la isla.

Esta carta (la segunda en 1080) imponía a los monarcas a cortarse la barba como era costumbre en el resto de Europa, el arzobispado de Cagliari se negó y conllevó un encargo.

La carta daba el poder a Orzocco I de hacer lo que considerara propio con los desobedientes.

Hizo construir también la iglesia dedicada a San Nicolás en Ottana.

Su mujer sobrevivió a su muerte e hizo iniciar la construcción del pueblo y del castillo de Cabras, que se convirtió en la residencia de todos sus sucesores.