Por ello, todos los soldados clones, creados genéticamente para obedecer sin cuestionamiento alguno las órdenes del supremo líder de la República, ejecutaron sin piedad ni duda a sus generales Jedi, aunque en realidad el hecho ocurrió debido a que todos los soldados clones tenían implantados unos chips inhibidores en sus cerebros por los kaminoanos como parte del retorcido plan de los Sith.
Las verdaderas razones de tal orden eran mucho más siniestras, porque Palpatine organizó el plan meticulosamente, en una operación muy bien orquestada contra los Jedi.
La Orden Jedi con la tarea de llevar a cabo las Guerras Clónicas por estos tres últimos años, ocultó un terrible secreto.
Han transgredido los principios de la República, centrando el poder en ellos mismos, en pugna por debilitar nuestras menguadas instituciones.
Los clones usaron una táctica de rodear y disparar continuamente sin parar, lo cual causaba que fueran imposibles de reflectar, debido a que los soldados clones sabían que los Jedi no podían reflectar continuamente los disparos de los blasters desde múltiples direcciones (siendo este el único punto débil Jedi) y así comenzaron a matarlos a todos sin piedad y sin misericordia.
Durante el inicio de la siniestra Orden 66, solo se tiene registro de las víctimas confirmadas las cuales aparecen el Episodio III, en el juego Jedi Fallen Order y en los cómics oficiales, entre las víctimas destacan:[4] Cabe resaltar, que el hecho de que los Jedi que "sobrevivieron" a la Orden 66, solo pudieron escapar al ataque perpetrado por los soldados clones durante los acontecimientos del Episodio III o en los diferentes medios oficiales.