Nacido en Pisa, recibió su primera formación con un modesto pintor local Ranieri Borghetti.
Después pasaría a formar parte del taller de Aurelio Lomi.
Muy joven todavía marchó a Roma (entre 1610 y 1620) donde se hizo fiel seguidor de los más destacados miembros del movimiento caravaggista, como Orazio Gentileschi (hermanastro de su antiguo maestro Lomi) o Bartolomeo Manfredi.
Tal vez por su temprana muerte, Riminaldi no tuvo tiempo de desarrollar un estilo propio, pues siempre se mantuvo muy cerca del más estricto tenebrismo, propio de las más famosas obras de Caravaggio, pues llegó incluso a copiar temas y motivos del gran maestro milanés.
Sin embargo, en sus últimas obras puede vislumbrarse una mayor apertura a otras influencias, como la del Domenichino.