Oración a la Virgen Inmaculada

La oración de consagración es la siguiente Si te complace, usa todo lo que soy y tengo sin reservas, enteramente para cumplir lo que se dijo de ti: "Ella aplastará tu cabeza", y "Sólo tú has destruido todas las herejías en el mundo entero".

Permíteme ser un instrumento idóneo en tus inmaculadas y misericordiosas manos para introducir y acrecentar al máximo tu gloria en todas las numerosas almas extraviadas e indiferentes, y ayudar así a extender lo más posible el bendito reino del Sacratísimo Corazón de Jesús.

Porque dondequiera que entres obtienes la gracia de la conversión y del crecimiento en la santidad, ya que por tus manos nos llegan todas las gracias del Sacratísimo Corazón de Jesús.

Permíteme que te alabe, oh Virgen sagrada.

Dame fuerza contra tus enemigos Se puede utilizar una versión más corta de la oración para la renovación diaria de la consagración:[1]​[2]​

La Inmaculada Concepción pintada por Velázquez hacia 1618