El pelotón "Marcos Osatinsky" fue el encargado de llevar a cabo la acción.
[1] Como resultado hubo seis gendarmes muertos (dos suboficiales y cuatro gendarmes), 23 heridos (nueve de ellos con heridas graves) y la destrucción total del avión al precipitarse sobre la pista.
El piloto intentó la trepada del avión, pero la onda expansiva lo tomó en posición ascendente, entre 12 y 15 m sobre el suelo.
Raúl Remberto Cuello, que había escapado ileso, regresó varias veces al interior del C-130 para rescatar a posibles sobrevivientes y murió por asfixia.
[6] En el lugar donde anteriormente se encontraba el Aeropuerto, se encuentra la Terminal de Ómnibus y La avenida Papa Francisco,[7] donde actualmente hay una placa que recuerda a los gendarmes muertos en el atentado.