El plan era destruir la esclusa del dique, para lo cual un destructor cargado de explosivos debería incrustarse en la misma.
Una vez que el destructor quedara literalmente clavado en la compuerta, los comandos y la tripulación del mismo saltarían a tierra, para destruir, junto con los grupos de demolición, las instalaciones del puerto y luego intentar escapar.
Los otros dos destructores ingleses serían la escolta durante el viaje, pero no participarían directamente del ataque.
Pero varias horas más tarde el submarino alemán volvió a emerger y pudo mandar un claro mensaje anunciando la formación naval descubierta.
Si los alemanes hubieran tomado medidas, seguramente la incursión británica habría fracasado, pero creyeron que la misión de este convoy era muy diferente.
Pasada la medianoche la flotilla británica ingresó en el estuario, debiendo sortear los bajíos del lechoso fondo.
Mientras esto ocurría, las escuadras mandadas por Newman realizaban su trabajo, destruyendo instalaciones portuarias, colocando cargas explosivas en los barcos del puerto y combatiendo al mismo tiempo con los alemanes, que acudían cada vez en mayor número al lugar de las acciones y comenzaban a ganar de a poco en el combate con los comandos.
Finalmente sus torpedos armados con espoletas de acción retardada fueron usados para atacar a la esclusa exterior del viejo acceso.
Al menos ocho lanchas ardían en el río, y con ellas se desvanecían las posibilidades de evacuación.
Tiempo después, explotaron los torpedos con espoletas de retardo, y la esclusa del viejo acceso también resultó destruida.
Solo dos de las dieciocho embarcaciones que entraron en el estuario lograron llegar a Inglaterra nuevamente.
El dique seco no volvió a ser utilizado por los alemanes, quienes debieron cerrar la brecha de la esclusa rota con obra viva.
En 1968, y basada en esta operación, se rodó al película Misión suicida (Attack on the Iron Coast),[2] protagonizada por Lloyd Bridges.
En 2007 se estrenó el documental para televisión Greatest Raid of All Time, presentado por Jeremy Clarkson.