En 1883 publicó la que se considera la primera gran novela sudafricana The Story of an African Farm (La historia de una granja africana).
Su padre era un hombre noble y de buen temperamento, pero poco práctico, mientras su madre, Rebecca, les inculcaba a sus hijos una enseñanza estricta basada en la autodisciplina, un sistema que ella misma había tenido que seguir y respetar en su juventud.
Su hermano mayor, Fred, fue educado en Inglaterra y se convirtió en director de un colegio en Eastbourne.
Pese a esto, sin embargo, no era tan feliz en Cradock como lo había sido en Wittebergen o Healdtown.
Mientras trabajaba en Barkly East, conoció a Willie Bertram, que compartía sus ideas sobre la religión y quien le prestó una copia de la obra del filósofo Herbert Spencer titulada Primeros principios.
Este texto tuvo un fuerte impacto sobre ella ya que, mientras Spencer arremetía contra los fanatismos y doctrinas religiosas, también defendía su creencia en lo «Absoluto», algo que estaba más allá del conocimiento y entendimiento del hombre.
Tras este encuentro, Olive realizó numerosos trayectos, aceptando trabajos como institutriz en varias familias y, en algunos casos, los acababa dejando por acoso sexual de sus jefes.
Una vez allí, no pudo concretar su sueño de ser médico practicante debido a que su frágil salud le impidió seguir formándose y estudiando.
Había rechazado una proposición de su doctor, Bryan Donkin, pero este último se mostraba persistente en su atracción por ella.
Dada la situación en Inglaterra, optó por regresar a su país natal, Sudáfrica, fijando rumbo hacia Ciudad del Cabo en 1889.
En un intento por restablecer el vínculo con su alrededor, se involucró poco a poco en la política local y produjo una serie de artículos sobre la tierra y su gente, publicados de forma póstuma como Thoughts on South Africa (Pensamientos sobre Sudáfrica).
Así que decidió poner fin a sus dudas y la pareja se casó un año más tarde, afincándose en una granja de Cronwright.
Olive intentó persuadir a los oficiales sudafricanos de evitar a toda costa una guerra, y, cuando fracasó en su cometido, compuso The South African Question by an English South African (La cuestión sudafricana, por una anglo-sudafricana) en una tentativa por exponer al público inglés la realidad de la situación.
No obstante, como medio de distracción, comenzó a revisar el «libro del sexo» que había esbozado en Inglaterra como Woman and Labour (La mujer y la labor), que representa la mejor expresión de sus preocupaciones respecto al socialismo y la igualdad entre los sexos.
En esta polémica, hizo un llamado a más derechos no solo para la gente de raza negra sino también para las mujeres.
Éste sería su último trabajo ya que, con el fin de la guerra, regresó a su hogar en Ciudad del Cabo, donde falleció mientras dormía en una pensión, en 1920.
Olive Schreiner fue enterrada junto a su hijo y su marido, en la cima montañosa de Buffelskop, en la granja conocida como Buffelshoek, en Cradock, Cabo del Este.