En esta localidad se construyó la primera cava de quesos a nivel nacional.
[5] En la antigüedad, el territorio del valle de San Rafael fue habitado por los grupos indígenas kumiai y pa-ipai.
En 1843 se le concedieron cuatro sitios de ganado mayor a Agustín Mancillas, lo que lo convirtió en el primer propietario del valle.
Rápidamente se explotó el potencial agrícola de la región, por ende le siguieron más agricultores y ganaderos.
Fue así como el poblado ganadero se transformó en una zona muy importante de comercio, donde ahora residían mineros, comerciantes de San Diego, tahúres y prostitutas, así como bares y cantinas que operaban las 24 horas para atender a la creciente población.
Rápidamente se levantaron casas, sustituyendo a las tiendas de campaña y pequeñas chozas.
Al lugar continuaron llegando herramientas y mercancías que eran urgentes para la explotación minera en el poblado.
La Laguna Hanson quedó con el nombre del dueño después de su desaparición y asesinato en 1885 atribuido a Luman Gaskill, hecho nunca corrobado y del cual Gaskill fue absuelto.
Durante el mandato de Villagrana se crearon edificios, parques, escuelas y negocios.
Fue en 1874 cuando el licenciado se percató que se estaba enviando mucho oro hacia Estados Unidos y por este motivo, creó una aduana en el rancho de la Tía Juana (Tijuana), Baja California, lo que sería un evento fundamental para el crecimiento de la pequeña comunidad que construyó cantinas y negocios en las cercanías.
Don Clemente Rojo buscaba recuperar su gubernatura organizando una campaña política en la región.
Villagrana acompañaba al Coronel, así como Emilio Legaspy, ambos con la aspiración de tener la gobernatura.
Pero a partir de 1950, gracias a los pobladores que trabajaron el campo y el ganado, la población se fue incrementando, y los asentamientos que se fueron estableciendo en el centro del valle durante la fiebre del oro continuaron creciendo hasta la fecha.
Al ex poblado minero se le dio el nombre de Real del Castillo Viejo donde en la actualidad residen aproximadamente 30 personas y quedan muy pocos vestigios de lo que llegó a ser.
Esta localidad se ubica en el Valle de Ojos Negros, lugar del que recibe su nombre.
En ese valle existían dos ciénagas separadas por un pequeño espacio que, al ser vistas desde lejos, parecían dos ojos oscuros.
De las cuales, el 95,01% cuentan con electricidad, el 97,27% tienen agua entubada, el 97,38% tiene váter o sanitario, el 59,69% tiene radio, el 74,67% televisión, el 61,24% frigorífico, el 49,94% lavadora, el 58,38% vehículo, el 11,77% ordenador personal, el 14,27% teléfono fijo, el 74,20% teléfono móvil, y solo el 5,95% dispone de Internet.