El 11 de febrero de 2023, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ordenó el derribo de un objeto volador no identificado (OVNI) que se encontraba a una altitud de 40 000 pies (12 190 metros) sobre Yukón, Canadá.
[1][2][3] Según Trudeau, el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) supervisó el vuelo del objeto, y desplegó aeronaves de combate de estadounidenses y canadienses para interceptarlo, dos Lockheed Martin F-22A Raptor pertenecientes a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, asignados a la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, que contaron con el apoyo de aeronaves de reabastecimiento en vuelo y monitorearon el comportamiento del objeto sobre el espacio aéreo de los Estados Unidos, y posteriormente aeronaves de combate McDonnell Douglas CF-188 Hornet y de patrulla Lockheed CP-140 Aurora de la Real Fuerza Aérea Canadiense, que se unieron a los esfuerzos de monitorear el objeto tras su ingreso a territorio canadiense.
[4] Posteriormente, el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) le autorizó a uno de los dos F-22 que derribara el objeto, marcando la tercera victoria aérea del caza estadounidense a lo largo de su historia operacional.
Tras ello, las Fuerzas Armadas Canadienses fueron encomendadas para la recolección y análisis de los restos.
[5][3][6] El incidente se produjo un día después de que un objeto a gran altitud sobre Alaska también fuera derribado, y a su vez una semana después del incidente del globo chino de 2023.