Según las narraciones, la colocó en el pecho de la niña quien con este hecho volvió a la vida.
También se cuenta que el dueño en agradecimiento llevó consigo la imagen a Guadalajara para ser restaurada.
Representa a la Inmaculada Concepción, de pie, con sus manos ante el pecho y su rostro un poco inclinado al frente.
Llevaba a sus pies las puntas de una media luna, la cual en la actualidad ya no existe.
La túnica cubre su cuerpo desde el cuello, y el manto cae desde la cabeza, donde es sujetado con una especie de diadema, hasta la parte inferior por detrás.
Por el frente cruza la imagen de izquierda a derecha y se sujeta bajo el brazo.
Su cabello se esparce en dos mechones que caen de forma ondulada por los hombros hasta los codos.