A esta coincidencia se le llama enarmonía, y resulta en una afinación idéntica.
Esto representa que, aunque la tonalidad de una pieza de música fuera sol mayor y todos los fa fueran sostenidos, puede emplearse el sol bemol u otro enarmónico para referirse a este sonido, pero con esta acción estaríamos cambiando la tonalidad.
Como consecuencia de la enarmonía, se producen otras relaciones entre sonidos tales como el intervalo absurdo y la segunda disminuida.
En este último caso, el intervalo deja de ser absurdo porque es descendente tanto en nombre y escritura como en entonación.
Los intervalos disminuidos son aquellos intervalos conformados por dos sonidos, de los cuales, el segundo posee dos semitonos cromáticos menos que el intervalo mayor de su mismo nombre, uno menos si es justo (eg: do, mi sería una tercera disminuida, que con la afinación del temperamento igual sería enarmónica de la segunda mayor do, re).