Los planos canard y la ala en delta eran idénticos a los utilizados en el Navaho.
El X-10 era controlado a distancia por radio y estaba equipado con un piloto automático para el vuelo estable.
En su momento, el X-10 fue el avión propulsado por turborreactor más rápido, alcanzando una velocidad punta de Mach 2,05.
El programa continuó con éxito hasta noviembre de 1956, cuando comenzaron las primeras pruebas del Navaho.
El programa fue trasladado a Cabo Cañaveral en 1955 donde se reanudó las pruebas hasta 1959.