Su objetivo es prohibir el uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia [5]de municiones, bombas de racimo o «cluster».
Las únicas potencias militares que lo firman son las de la Unión Europea, como sucede con las anti-minas.
Los Estados Parte se comprometen a no utilizar, desarrollar, producir, adquirir, almacenar, conservar o transferir municiones de racimo bajo ninguna circunstancia.
Además, deben limpiar las áreas contaminadas por municiones de racimo y proporcionar asistencia a las víctimas.
Haití y Jamaica Afganistán, Australia, Islas Caimán, Fiji, Irak, Japón, República Democrática Popular Lao, Líbano, Maldivas, Nauru, Nueva Zelanda, Niue, Palau, Filipinas, Sri Lanka, Estado de Palestina y Samoa Indonesia Albania, Andorra, Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Chequia, Dinamarca, Francia, Alemania, la Santa Sede, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Moldavia, Mónaco, Montenegro, Países Bajos, Macedonia del Norte, Noruega, Portugal, San Marino, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.