Cuatro años después, ya se había convertido en la estrella más reveladora de la Vitagraph Studios, compañía para la que ya había protagonizado cientos de cortometrajes.
Su primer largometraje, en 1915, Captivating Mary Carstairs, fue un fracaso que obligó a cerrar el estudio.
Gracias a la influencia de su hermana Constance, que se hallaba trabajando para el afamado D.W.
Griffith, Norma pudo seguir actuando, y en 1916 conoció a Joseph Schenck, con quien se casó poco después.
Desde entonces y hasta la aparición del cine sonoro, la fama de Norma fue in crescendo.