De este modo del mismo árbol se extrae la madera y su tinte.
La nuez[1] es el endocarpio o hueso del fruto, y su interior comestible es la semilla.
El pericarpio o cáscara de las nueces verdes, conocido como nogalina o ruezno,[2] es la parte externa del fruto, carnosa y verde; la cual, aunque no es comestible es, junto con las hojas, la parte más usada en fitoterapia por sus propiedades medicinales.
Cuando se extrae a altas temperaturas el aceite es empleado como base de ciertas pinturas y tintes.
La nogalina se presenta en escamas, las cuales se deshacen en agua templada hasta llegar a obtener desde el nogal claro, pasando por los medios, hasta el nogal oscuro —según la tonalidad requerida— todos ellos transparentes.