Para 1968, la situación militar en el país se había deteriorado gravemente, tras la creación del grupo insurgente FROLINAT en 1966 y la consecuente pérdida del control por el gobierno de muchas de las regiones musulmanas.
A medida que pasaron los años, Odingar ganó promociones: para 1975 se había convertido en general y comandante de los 4.000 soldados de las Fuerzas Armadas.
En las filas militares se estaba generando un gran descontento: en los últimos dos años las acciones de Tombalbaye se habían vuelto cada vez más erráticas, y en 1973 había encarcelado al comandante general de las Fuerzas Armadas, Félix Malloum.
Mientras combatían contra la guerdia presidencial, Odingar llegó trayendo refuerzos y asumió el mando.
Félix Malloum y los otros oficiales encarcelados fueron inmediatamente liberados por los golpistas.