Nina Kandinski

Su primer encuentro fue a través de una conversación telefónica, cuando ella tenía 17 años y él 50.Según ella, este primer contacto inspiró la acuarela titulada À une voix (A una voz), que fue el primer regalo del pintor a la que se convirtió en su segunda mujer unos meses después, el 11 de febrero de 1917.[6]​ Un óleo sobre lienzo ilustra especialmente este periodo: Nina Kandinski, embarazada, con su hermana Tatiana, cosiendo.Catalogó cuidadosamente, distribuyó de forma organizada las obras, controlaba las exposiciones, vendía de forma calculada los cuadros a museos o coleccionistas para asegurar su estudiada mercantilización, encargaba y supervisaba los catálogos y obras sobre él, expendía los certificados de autenticidad y denunciaba las falsificaciones.[13]​ Con la participación del experto Werner Krüger, Nina publicó en ruso en 1973 sus memorias (Kandinsky et moi, en versión francesa).[18]​ En septiembre de 1980 Nina Kandinski murió durante un asalto en su chalet Esmeralda en Gstaad.Ella mantuvo en secreto su verdadero año de nacimiento, pues afirmó que quería seguir teniendo siempre veinte años y se negó a celebrar ningún otro cumpleaños.[8]​ Cuando murió, Nina Kandinski dejó una fortuna estimada en 20 millones de francos suizos, sin que se conociera ningún heredero potencial.No se pudo identificar ningún heredero legítimo por parte paterna, por lo que la mitad del patrimonio de Nina Kandinski pasó al Estado francés.
Ajtyrka. Nina y Tatiana en la terraza , 1917.