Pablo Palazuelo

Como consecuencia del estallido de la guerra civil española, en 1936, abandonó sus estudios y volvió a España.

[4]​ Ese mismo año fue asímiso invitado a participar en el Certamen Carnegie de Pittsburg, donde fue galardonado con un 5.º premio.

Este premio, creado en 1946 por Nina Kandinski, esposa del pintor ruso.

Se otorgaba a un joven pintor cuya obra hubiese indagado en una búsqueda personal de la abstracción.

En 1965, el pintor Fernando Zobel, promotor del entonces recién constituido Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, le encargó un cuadro para este museo.

[5]​ Continuó igualmente enviando obras a los certámenes del Carnegie Institute of Art de Pittsburg.

También durante esos años conoció al empresario y coleccionista de arte Juan Huarte, para el que realizó varios encargos, sobre todos esculturas y participó en una exposición colectiva promovida por este empresario, en la que también estuvieron Manolo Millares , Oteiza, Eduardo Chillida, Sáenz de Oiza, Fernández Alba y Fullaondo.

[9]​ Sus esculturas ocupan un mayor espacio dentro de su obra (Arquitectura I) la serie Lauda.

Palazuelo concibe el arte como «un camino para dar salida a los problemas humanos».

También reivindica a sus inicios su interés por constructivistas rusos como Gabo y Pevsner, aun cuando rehúsa su concepción científica de la geometría.

Retrato infantil de Pablo Palazuelo, hacia 1916.
Escultura Proyecto para un monumento IV B (1978) de Pablo Palazuelo en el Museo de Escultura al Aire Libre de La Castellana en Madrid.
Vista del castillo de Monroy, que Palazuelo adquirió en 1974 y donde mantuvo un estudio de pintura.
La linterna (1999), en el Auditori de Barcelona.