Su profesor, el mullah, tenía que buscarlo en las calles y llevarlo a la escuela en donde lo castigaba.
Este, siendo un poeta importante, cobijó al joven estudiante y nutrió su talento literario.
En un principio Nima estuvo influido por poesía en la tradición de Saadí y Hafez por algún tiempo hasta que empieza a incorporar nuevos mecanismos para poder expresar mejor sus ideas.
Sus poemas Oh noche (Ay shab) y Mito (Afsané) pertenecen a este periodo de transición.
En general, Nimá manipuló el ritmo y la rima y permitió la estructura de los versos estar determinada por la profundidad del pensamiento más que por la métrica convencional persa que dictaba la longitud del verso (bayt) desde los albores de la poesía persa.