Elisa G. Nicora

Empezó a trabajar con el agrostólogo Lorenzo R. Parodi quien le sugirió estudiar el género Eragrostis.

Trabajó con Parodi y después de su muerte pasó a ser la conservadora del herbario Gaspar Xuarez (BAA), llamado así en honor al primer botánico argentino.

[1]​ Permaneció allí hasta 1974, año en el que regresó al Instituto de Botánica Darwinion donde se incorporó como investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) hasta que se jubiló.

Su amplia dedicación y su minucioso trabajo dejaron un legado que sirvió de base a posteriores estudios taxonómicos y catálogos con una información muy valiosa para esta especialidad.

[3]​ En 1978 publicó un volumen dedicado a las gramíneas, para el proyecto Flora Patagónica, donde se tratan 76 géneros, muchos de ellos problemáticos y desconocidos para la zona, como la poa y sus más de 50 taxones.

Su labor científica alcanzó el reconocimiento internacional y su catálogo posee más de 10.400 ejemplares, la mayoría gramíneas.