Nicomedes IV de Bitinia

No obstante, la influencia romana en la región hizo posible la restauración de Nicomedes en el trono del reino.

Debido a los fuertes nexos con Roma, su pedido de ayuda fue respondido por ésta, al enviar al cónsul Lucio Cornelio Sila a Asia Menor, iniciando la primera guerra mitridática.

El conflicto duró aproximadamente tres años, hasta que en 85 a. C., Mitrídates buscó la paz, y se le permitió retener su reinado en el Ponto a cambio de una fuerte fianza.

En 80 a. C., el joven Julio César fue enviado como embajador a la corte de Nicomedes.

[2]​ Uno de los últimos actos como rey de Bitinia, en 74 a. C., Nicomedes legó su reino entero a Roma y el Senado Romano rápidamente votó por integrar a Bitinia como una nueva provincia.