[3] Además de ser un pintor polifacético, también fue un hábil grabador, particularmente en la técnica de grabado a media tinta.
[2] También pintó techos[4] y grandes salones, y cuadros de estudio en general de temas mitológicos.
[4] Sus composiciones revelan la influencia de Frans van Bossuit[2] y Adriaen van der Werff, especialmente en las escenas mitológico-históricas como en Proserpina y sus compañeras recogiendo flores en los prados de Enna.
[3] El estilo de sus obras, en particular El baño del amor, presenta, en la sobriedad con que trata el tema, anticipaciones del Neoclasicismo finisecular.
[3] Ocasionalmente colaboró con Isaac de Moucheron insertando figuras en sus paisajes.