Nicolás de Madrid

Desde entonces ejercería diversos cargos en monasterios de su orden, tanto como vicario como como prior.

En 1645, Felipe IV le nombró superintendente de las obras del Monasterio del Escorial, que en aquel momento se dirigían a concluir la obra mediante la realización del panteón real.

Nicolás de Madrid tuvo un papel central en este encargo, llegando a conseguir desviar con éxito los dos cursos de agua que impedían la construcción del panteón de Reyes bajo el altar mayor como se requería.

[3]​ Durante su obispado tuvo una gran atención pastoral y mandó construir el altar de San Jerónimo en la catedral.

Dein oxomensis litui dignatus honore ocyus ad superum tecta superstes abit ardua Pantheonis Quarto sub Rege Philippo naviter exuperans ipse peregit opus

Detalle de la entrada al Panteón de Reyes , a la izquierda puede verse el retrato de Nicolás de Madrid.