Tuvo una actuación destacada en las pandemias de cólera en España acaecidas en el siglo XIX.
El mandil Landa consistía en un lienzo, una vara de madera y unas correas que permitían trasladar a los heridos con más agilidad, lo que supuso un gran avance para la época.
[6] En su honor se le dedicó un colegio de enseñanza primaria en Pamplona que lleva su nombre desde 1962.
Su actividad como epidemiólogo en la epidemia de cólera de 1854-1855 en España fue destacable, llegando a escribir una Memoria sobre la relación que ha existido entre la constitución geológica del terreno y el desarrollo del cólera-morbo en España.
En 1868 había redactado en Pamplona la Memoria para la construcción de un Manicomio Agrícola.