21 en el catálogo razonado y crítico, realizado por Odile Delenda, historiadora del arte especializada en este pintor.
El culto al Niño Jesús se inició en el siglo XII con los cistersienses y los franciscanos.
En Sevilla, durante la primera mitad del siglo XVII, el Niño Jesús solía representarse en las puertas de los sagrarios.
Tanto el nimbo cruciforme que lo envuelve, como la Cruz en su mano izquierda anticipan su Pasión.
Sus proporciones armoniosas y la postura sin afectación, resaltan su bracito derecho alzado en bendición.