Neurocisticercosis

La neurocisticercosis es una enfermedad del sistema nervioso central de origen parasitario que genera una gran morbilidad.

Cuando las personas comen la carne del cerdo mal cocida en la que hay cisticercos viables, desarrollan una teniasis intestinal.

Para desarrollar una cisticercosis o neurocisticercosis el humano debe ingerir los huevos, así el embrión liberado del huevo penetra la pared intestinal y es transportado por los torrente circulatorio a cualquier lugar del cuerpo, donde se desarrollan los cisticercos (intermediario como el cerdo).

El ser humano es el huésped definitivo de T. solium, es decir que es el portador del parásito en fase adulta, que coloniza la parte superior del yeyuno, donde se adhiere a las vellosidades intestinales por su escólex, gracias a sus cuatro ventosas, y sus dos hileras de ganchos.

Tras el escólex existe un cuello muy fino, a partir del cual salen las nuevas proglótides (hasta 1000) que a medida que van avanzando distalmente van madurando, hasta ser proglótides grávida repletas de miles de huevos.

En países industrializados no endémicos se han dado casos importados entre por ejemplo portadores de T. solium intestinal que al manipular alimentos y por otras vías pueden originar contagio local y casos de neurocisticercosis en forma latente.

Se ha observado que la neurocisticercosis es más frecuente en América Latina; en Asia y África hay predominio de la forma extraneurológica.

El cisticerco es viable por tiempo indefinido y al crecer comprime el tejido subyacente; sólo si muere produce una reacción granulosa.

En estudios experimentales de cisticercosis porcina se ha demostrado que la reacción del huésped ataca los cisticercos en un inicio, los eosinófilos se acercan e invaden al parásito; después se observan linfocitos y células plasmáticas formando grupos alrededor del cisticercos y finalmente los macrófagos fagocitan desechos celulares y corpúsculos calcáreos.

El 65% de los casos ya diagnosticados cursan con crisis convulsivas, sin embargo, el padecimiento tiene una presentación pleomorfica que va desde cefalea crónica hasta Hidrocefalia por Aracnoiditis Meningea, frecuentemente mortal para el enfermo.

La sintomatología neurológica también se debe al gran tamaño que pueden alcanzar los cisticercos en algunas regiones del cerebro.

o Forma racemosa cisticercos subaracnoideos de la base, del opérculo, cerebelo, mesencefálica, ambiens y en la magna.

Las formas meníngeas y ventriculares suelen ser más grandes que los cisticercos ubicados en el parénquima.

Pero las parenquimatosas se localizan en zonas vascularizadas como sustancia gris cortical, y núcleos subcorticales.

- Encefalitis: fiebre, cefalea, náusea, vómito, cambios conductuales, coma, irritabilidad y somnolencia, otros.

- Crisis epilépticas de comienzo tardío - Meningitis - Trastornos psiquiátricos - Conducta violenta - Depresión - Ansiedad - Demencia - Eosinofilia periférica - Psicosis - Problemas visuales - Parálisis facial - Monoparesia - Letargia - Hemiplejía - Deterioro mental y del lenguaje - Náuseas vómitos - Problemas de atención - Anormalidades EEG Se diagnostica por medio de RM (Resonancia Magnética) o TAC (Tomografía Axial Computarizada), los cuales tienen una elevada confiabilidad, éstos permiten confirmar la etiología y definir el número, localización, estado y extensión de las lesiones.