Nessuno mi può giudicare (película)

Nessuno mi può giudicare (traducido en español: Nadie me puede juzgar) es una película musical de Italia estrenada en 1966, dirigida por Ettore Maria Fizzarotti.

Tuvo una secuela titulada Perdono lanzada el mismo año.

[1]​[2]​[3]​ La película, que costó ochenta millones de liras, fue un éxito de taquilla al recaudar mil millones tras su estreno.

[4]​ Federico, habiendo llegado a Roma para buscar trabajo, es atropellado por el director de Grandi Magazzini (Grandes Almacenes); se reencuentra con él poco después, porque tiene una entrevista para trabajar como ascensorista.

Posteriormente, Federico conoce a Laura, la dependienta, pero su amor se ve frustrado por el jefe de la muchacha, que está enamorado de ella.