Neoplatonismo y cristianismo

El neoplatonismo fue una influencia importante en la teología cristiana durante la Antigüedad tardía y la Edad Media occidental.

Se debió a San Agustín, que estuvo muy influenciado por los primeros neoplatónicos Plotino y Porfirio, así como por los trabajos del escritor cristiano Pseudo Dionisio el Areopagita, que estuvo influenciado por neoplatónicos más tardíos como Proclo y Damascio.

[2]​ Por ejemplo, el término 'logos' (griego Λόγος) se originó con Heráclito y significaba razón o pensamiento.

En el contexto cristiano, el Logos adquiere un significado más profundo y se convierte en un nombre para la segunda persona de la Trinidad.

El escritor y teólogo Gregorio Palamás dio en el siglo XIV cuatro significados distintos para el término 'logos'.

Cualquier esfuerzo exegético que intente desentrañar la influencia del pensamiento neoplatónico en la teología cristiana debe tener en cuenta estos principios.

Los escritos atribuidos a Dionisio el Areopagita se encuentran entre las obras más enigmáticas de la antigüedad tardía.

Entre los eruditos ortodoxos, la opinión posterior parece ser compartida por escritores como Andrew Louth[6]​ y Vladimir Lossky.