En ese tiempo se decreta que nadie podía poseer, vender ni comprar gatos, todos debían ser puestos en libertad.
El nekomata es una criatura mitológica japonesa que se cree evoluciona de los gatos domésticos.
Gesticulando con sus rabos o con sus patas delanteras (ya que caminaría erguido), los nekomata animarían y controlarían a los muertos.
Aunque el comportamiento de los nekomatas se suele comparar al de los gatos comunes, solían tener continuas trifulcas, especialmente los gatos viejos y maltratados que eran normalmente más poderosos que el nekomata medio.
Para vengarse, esos nekomatas controlaban a los familiares muertos de los maltratadores, persiguiéndolos hasta que fueran compensados con comida, disculpas y atención.
Por último, algunas historias del folclore japonés afirmaban que el nekomata podía alternar entre su forma original y la imitación de la apariencia humana.
Aun así, al contrario que la más común nekomusume (mujer-gata), los nekomata hembra aparentaban ser más viejas, mostrar malos hábitos en público y tener siempre un halo de terror alrededor de ellas, que si estaba en contacto con la gente durante un largo período podría causar enfermedad y peste.