Namaitamí, en la mitología talamanqueña, es una divinidad de los panteones bribri y cabécar.
Junto con su madre y su hija, vive en el inframundo.
La versión bribrí señala que ella sueña la visita de su hermano Sibö y efectivamente él llega a su casa con el fin de invitarla a una fiesta para que sirva el chocolate, y así distraerla para llevarse a su hija.
La señora Namaitamí se niega, pero él la convence con el pretexto de que la va a casar con unos buenos hombres, y esa es la razón por la que sólo ciertos clanes pueden comer danta.
Namaitamí es engañada por Sibö varias veces con el plan de poner figuras falsas de él y de otra gente, y cuando ella llega a su casa por los ruidos que provenían de ella, definitivamente ya se había llevado a la niña tierra.