Miguel Paulino Tato
A partir de los años '70 comenzó a desempeñarse como censor tanto en gobiernos peronistas como de facto, y dio numerosas entrevistas en las que dejó traslucir sus ideas conservadoras.Ha sido considerado el máximo censor de la historia del cine argentino.“Es el monumento a la censura”, lo define Hernán Invernizzi, autor de Cine y Dictadura.En febrero de 1978 le envió un telegrama al comisario Juan Elcaraz Scarabiuk, de Mar del Plata, donde durante la temporada de verano se registraban continuas infracciones a la prohibición, en el cual Tato le decía: “Mis sinceras felicitaciones por la eficaz labor y merecido éxito en su labor moralizadora”.[4] En la revista Rico Tipo criticó la parodia de Hitler que Charles Chaplin hacía en El gran dictador.Porque yo había mandado muertas más películas que los que mandaban los alemanes en la guerra y porque siempre me he tomado el pelo a mí mismo”, afirmó en un reportaje.