Cubren un amplio espectro de exposiciones, con el punto fuerte puesto en las artes plásticas.
Los museos siguen estando orientados a las tareas científicas del coleccionismo, conservación y exposición, así como a la investigación y formación,[1] o bien entienden éstas por lo menos como una parte de su trabajo.
Los museos son un componente central del atractivo turístico de Basilea y, por tanto, un importante factor económico.
Prácticamente todas las colecciones privadas han nacido después de la Segunda Guerra Mundial.
A instancia del alcalde Johann Rudolf Wettstein, la ciudad y la Universidad decidieron adquirir conjuntamente la colección para que permaneciera en Basilea.
Alojada a partir del año 1671 en el edificio Haus zur Mücke en la Plaza de la Catedral, la colección no era un museo propiamente dicho.
Fueron memorables en primer lugar los auténticos y presuntos trofeos del botín borgoñón del año 1476 que fueron adjudicados a Basilea y que aún siglos después eran expuestos a los curiosos.
Ya en el año 1767 el profesor universitario Johann Jakob d'Annone había ordenado reubicar los cuadros y otras curiosidades en la planta baja, antes vacía, del edificio Haus zur Mücke, con el fin de dejar espacio libre para libros en la primera planta, y se había encargado de una colocación sistemática.
Sin embargo, unas décadas más tarde, el edificio y su infraestructura se quedaron pequeños ante la mayor afluencia de público (a partir de 1829 estaba abierto cuatro días a la semana) y la moderna cultura del saber que se estableció con la Ilustración.
No existía un inventario completo de los fondos y «había sido imposible realizarlo hasta el momento debido a las salas deficientes, donde algunas piezas permanecían enterradas desde hacía décadas en rincones sombríos bajo una gruesa capa de polvo».
El edificio monumental perteneciente al clasicismo tardío con pintura decorativa y frescos de Arnold Böcklin es un museo civil comparativamente temprano y el primer museo grande de Basilea.
Asimismo eran consideradas colecciones la mayor parte de los institutos subsidiarios, es decir, las instalaciones que fomentaban el estudio y la investigación.
Paralelamente a la especialización de las disciplinas de formación e investigación que se inició a comienzos del siglo XIX, los numerosos fondos basilienses se convirtieron en colecciones institucionales clasificadas por ramas científicas.
[7] Sin embargo, el cantón se mostró reacio a construir más museos para sus colecciones.
Gracias a sus puntos fuertes, la pintura y el dibujo de artistas del Alto Rin entre 1400 y 1600 (familia Holbein, Witz, Cranach el Viejo, Matthias Grünewald), así como el arte de los siglos XIX al XXI (Böcklin, van Gogh, Cézanne, Gauguin; cubismo con Picasso y Braque; expresionismo alemán; arte americano de posguerra), también se sitúa entre los museos de su tipo más importantes en todo el mundo.
Junto con los medios clásicos como pintura o escultura, también reúne obras de videoarte.
Sin embargo, una parte de esta exposición se vendió posteriormente al cantón y volvió a cerrarse.
El siguiente museo que no surgió de la iniciativa estatal fue el antes mencionado «Museo de Artes Aplicadas» («Gewerbemuseum»), creado en 1878, pero que ocho años más tarde pasó a manos del cantón.
Se mencionan los museos cuyas colecciones tienen carácter supramunicipal y que por regla general están abiertos al público varios días a la semana.
Se fundó en 1979 como museo privado del coleccionista Heinrich Weiss y en 1990 pasó a ser propiedad de la Confederación Helvética por donación.
La colección abarca raros aperos históricos y se completa con un laboratorio en el que los visitantes pueden experimentar con corriente eléctrica.
Las obras del clásico arte moderno están expuestas desde 1997 en un museo diseñado por Renzo Piano.
Entre otras, se muestran obras de Degas, Monet, Cézanne, van Gogh, Picasso, Rothko, Warhol, Lichtenstein o Bacon.
Los árboles del parque de esta notable casa fueron envueltos por Christo y Jeanne-Claude en 1998.
En el espacio eclesiástico románico reconvertido en galería tienen lugar exposiciones temporales de artistas contemporáneos.
El museo presenta desde 2004 temas y artistas del arte contemporáneo en exposiciones temporales.
Para los Estados republicanos y monárquicos del siglo XIX, las colecciones en forma de museos públicos simbolizaban su autodeterminación.
[22] La ampliación de la intermediación y la formación, tarea que en esta época también estaba disminuyendo, solamente podía realizarse con más ayuda financiera.
Desde la década de 1980, los museos han experimentado una popularización y estetización al mismo tiempo.
Desde entonces se construyeron numerosos museos, que alcanzaron relevancia internacional por su arquitectura de vanguardia.