Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción

Para la consecución de ese objetivo, la Academia se obliga a la conservación de los monumentos y obras de arte, emitir informes a las autoridades e instituciones oficiales que así se lo soliciten, acrecentar su propio patrimonio de «pinturas, esculturas, planos, dibujos, grabados, partituras, documentos y libros relacionados con las bellas artes», organizar exposiciones, conciertos y cuantas actividades conduzcan a la función principal, así como el fomento de la investigación y la relación con el resto de la Reales Academias.

La Academia está regida por una Junta de Gobierno compuesta por un Presidente, cuatro Consiliarios, un Secretario, un Tesorero y un Bibliotecario.

Cada Consiliario dirige una sección, existiendo las de arquitectura, escultura, música y pintura.

Los miembros de honor -establecidos desde 1808- son aquellos que, propuestos por el presidente, aprueba la Academia entre «personas de distinguido carácter, amor a las artes y celosas del bien público, ya sean seglares o eclesiásticos».

La institución remonta sus orígenes a 1779, cuando se creó una academia destinada a la enseñanza de las matemáticas y el dibujo, dentro del espíritu ilustrado de la época.

Salón de actos en 2014, a la espera de los académicos para la apertura de curso.