Un tiempo después al palacio se le añadió una capilla en el extremo occidental, rematada por una espadaña barroca.
También tiene un jardín en el que hay plantados árboles típicos de la comunidad autónoma.
La casona era de la familia Ygareda y Barreda-Cos, cuyos descendientes crearon la Fundación Ygareda para cambiar la antigua residencia familiar en un centro cultural.
Este edificio había sido declarado Bien de interés cultural en 1984.
Algunas piezas fueron realizadas por José María Benedito, miembro del Museo de Ciencias Naturales de Madrid y por J. Patón.