[1] El emparejamiento más común era el que enfrentaba a un mirmilón con un tracio y también era habitual el enfrentamiento con un hoplomaco, con quienes compartía parte del equipo (notablemente protector de brazo, casco cerrado y la peligrosa espada corta).
Sin embargo, varios autores antiguos, como Valerio Máximo y Quintiliano, afirman que también luchaba regularmente con el reciario.
[5] El mirmilón dependía de su fuerza y resistencia para sobrevivir a la lucha contra enemigos que eran más aptos para atacar.
Los mirmilones también estaban entrenados para patear a su rival con el grueso acolchado que usaban alrededor de las piernas.
Los grafitis registran que Felix sobrevivió al combate y se le concedió la libertad (manumisión).