Muridae

Los múridos se distribuyen originalmente por Eurasia, África y Australia, aunque su presencia ahora es cosmopolita, debido a su introducción por parte de los seres humanos en diversas regiones del mundo.

El nombre Muridae se utiliza a veces como sinónimo de la superfamilia Muroidea, aunque taxonómicamente representa un nivel inferior en la clasificación biológica.

Suelen ser de color marrón, aunque muchos tienen marcas negras, grises o blancas.

Varias especies, especialmente los gerbiles, están adaptados a las condiciones del desierto y pueden sobrevivir durante mucho tiempo con un mínimo de agua.

Los múridos se reproducen con frecuencia, produciendo a menudo grandes camadas varias veces al año.

Suelen parir entre veinte y cuarenta días después del apareamiento, aunque esto varía mucho según la especie.

Las crías suelen nacer ciegas, sin pelo e indefensas, aunque hay excepciones, como en ratones espinosos.

[1]​ Los múridos se encuentran en casi todo el mundo, aunque muchas subfamilias tienen áreas de distribución más estrechas.

Existen especies de múridos fosoriales, arborícolas y semiacuáticos, aunque la mayoría son animales terrestres.

[2]​ La extensa lista de nichos que ocupan los múridos ayuda a explicar su relativa abundancia.

[6]​ Debido a su estrecha relación con los seres humanos, algunas especies de múridos tienen un impacto significativo en la salud pública y la agricultura.

Su comportamiento oportunista y su resistencia a los métodos de control convencionales han hecho que su erradicación sea un desafío constante.

Además, algunas especies de múridos, como el ratón común (Mus musculus), son utilizados en estudios científicos, particularmente en investigaciones biomédicas, debido a su similitud genética con los humanos.

Un grabado con gatos y ratones de una edición alemana de 1501 de las fábulas de Esopo .