[1][2] Castellón de la Plana sufrió asedio por parte de las fuerzas carlistas durante julio de 1837, ya que durante las guerras carlistas Castellón se mantuvo fiel a Isabel II, por lo que fue sitiada en repetidas ocasiones por las tropas del general Cabrera.
Una vez pasado el peligro fueron derribadas, hacia del año 1855, pero vueltas a levantar durante la segunda guerra carlista (1873-1874).
[3] Actualmente solo quedan algunos restos de la muralla que se levantó en 1837, sin conexión con la muralla medieval y presentando foso, seis puertas, así como algunas batería.
[5] Este nuevo muro se extendía por el oeste de la ciudad de Castellón, abarcando lo que actualmente se conoce como las rondas de la Magdalena y del Mijares, llegando hasta el conocido portal de San Francisco; mientras, por el este, el recinto amurallado se extendía por la calle Guitarrista Tárrega, la parte baja de la calle Gobernador y por último, la calle de les Moreres, llegando hasta el portal de San Roque.
[4] También hay otros restos documentados por excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad, unos se localizan en la llamada Plaza Dolçainer de Tales y otros entre las calles Prim y Marqués de la Ensenada.